Esta ruta parte desde Millena, llegando al punto geodésico de la Lloma Redona y pasando por la Penya del Dimoni hasta volver a la localidad de Millena.
Se trata de una ruta circular que, aunque la subida parece no acabar, bien vale la pena, pues muestra una vistas maravillosas de poblaciones como Beniarrés, Gaianes, Muro, Cocentaina o Alcoy, con todas las sierras que los rodean e incluso del imponente Pantano de Beniarrés.
Parte del área recreativa la Font de Baix de Millena. Allí hay espacio junto a la pista deportiva para poder aparcar el coche. Al empezar un camino de escalones, se observa a la izquierda un camino de piedra suelta que sube por la montaña, junto a la construcción dedicada a barbacoa y el merendero, es allí donde empezará una subida intensa buscando la parte alta de la montaña.
Tras varios metros siguiendo el sendero, echando la vista atrás parece que la subida termina, pero todavía quedará un tramo hasta el punto geodésico de la Lloma Redona situada en la Sierra de Almudaina que estamos recorriendo.
Para llegar a este punto, en el cruce de senderos, tomaremos el camino de la izquierda que rodea la loma por la que se ha ascendido, el vértice esta a pocos metros. Tras disfrutar de las vistas, se deshará el camino y se seguirá la pista forestal unos metros, hasta que en una pequeña bajada se encuentra una planicie con un camino a la derecha.
Seguimos este sendero y, tras varios kilómetros, se divisa una balsa pequeña de agua. El paisaje es una zona de cultivo y hay que bajar por el camino asfaltado hasta llegar a la carretera que indica el municipio de Balones a la izquierda. Tomamos la carretera hacia la derecha y seguimos sin pérdida hasta la Penya del Dimoni, un pretroglifo formado por varios signos situado sobre una gran roca inclinada. Hay que tener en cuenta que esta peña no está señalizada, por lo que habrá que prestar atención al pasar por la roca inclinada.
Tras pasar junto a varios campos de cultivo de olivos se abandona la carretera para adentrarse de nuevo en el pueblo de Millena, esta vez desde la parte alta.
Perdiéndose en sus callejuelas, se llega de nuevo a su parte baja y a la zona recreativa. Pero la ruta no tiene por qué finalizar ahí. Es recomendable reservar mesa en el Restaurante Millena y degustar su afamada carne a la piedra o el delicioso arroz de bogavante. No dejes de visitar la iglesia parroquial de San José, cuyo interior contiene una cruz de nácar del siglo XVIII realizada en Belén y un cuadro cuya autoría se atribuye a El Greco.
Justo delante de la iglesia, se encuentra el Olmo tricentenario del que tan orgullos están los milleneros y milleneras.
Y por supuesto no se puede dejar de visitar el afamado Valle de Travadell sin degustar su delicioso aceite de oliva de la Almàssera de Millena.
